Desde el 1 de octubre de 2025, el mercado eléctrico español ha adoptado una nueva estructura de liquidación en intervalos de 15 minutos (96 bloques diarios en lugar de 24). Esta medida, conocida como la implantación del mercado cuartohorario, representa uno de los mayores cambios operativos desde la liberalización del mercado en 1998.

Su objetivo es que los precios reflejen con mayor precisión la realidad de un sistema cada vez más dominado por renovables, con una generación más variable y una demanda más flexible. Aunque el funcionamiento del “pool” sigue siendo el mismo, el cambio supone una auténtica revolución en la forma de planificar el consumo y optimizar los costes energéticos.

¿Qué significa realmente el cambio?

Hasta ahora, el precio del mercado diario se fijaba en bloques horarios: una única casación por cada una de las 24 horas del día.

Con el nuevo modelo, cada hora se divide en cuatro tramos de 15 minutos, y el precio se determina de forma independiente para cada uno.

Esto alinea a España con el resto de mercados europeos, en cumplimiento del Reglamento (UE) 2019/943, que busca una mayor granularidad temporal y una mejor respuesta del sistema ante la volatilidad renovable.

¿Por qué se introduce este cambio?

La transición energética está provocando una variabilidad creciente en la producción y la demanda eléctrica:

  • La solar fotovoltaica fluctúa minuto a minuto con la radiación.
  • La eólica depende de patrones meteorológicos cambiantes.
  • La demanda industrial se vuelve más flexible gracias a sistemas de control, almacenamiento y digitalización.

El mercado cuartohorario permite que los precios recojan estas oscilaciones en tiempo real, fomentando un sistema más eficiente, competitivo y previsible.

En lugar de penalizar la variabilidad, la aprovecha, incentivando un ajuste continuo entre oferta y demanda.

Impacto directo en los consumidores industriales.

Para una empresa industrial representada directamente en el mercado, este cambio abre nuevas oportunidades de optimización:

  1. Mayor precisión en la gestión de la demanda: Posibilita desplazar consumos no críticos a intervalos más baratos dentro de la misma hora.
  2. Integración más eficiente del autoconsumo y almacenamiento: Las instalaciones fotovoltaicas o baterías pueden actuar de forma más inteligente, cargando, descargando o inyectando energía justo en los 15 minutos más rentables.
  3. Reducción de desvíos y penalizaciones: Ajustar previsiones en bloques más cortos minimiza los desvíos frente al programa base y reduce los costes por servicios de balance.
  4. Nuevas oportunidades en el mercado de flexibilidad: Las industrias con capacidad de respuesta rápida de demanda podrán ofrecer flexibilidad en ventanas de 15 minutos, accediendo a ingresos adicionales por participar en mecanismos de ajuste o balance.

Claves para prepararse

  1. Monitorización en tiempo real: disponer de herramientas de gestión energética o SCADA que muestren precios cuartohorarios y consumos reales de planta.
  2. Revisión contractual: comprobar si los contratos indexados o PPAs están adaptados al nuevo esquema de precios.
  3. Automatización: incorporar control inteligente que permita desplazar cargas o gestionar almacenamiento según precios del mercado.

Conclusión Urbener

El mercado cuartohorario no solo cambia la frecuencia con la que se fijan los precios, sino también la forma en la que las empresas pueden gestionar activamente su energía.
Para quienes estén dispuestos a adaptarse, supone una oportunidad de ganar eficiencia, reducir costes y participar de forma más directa en la transición energética.

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